Aquí te traemos un artículo de Kav Dadfar que puedes leer en Digital Phptpgraphy School
¿Qué imágenes debes incluir en tu portfolio? ¿Cuáles debes compartir en las redes sociales? ¿Y cuáles no deberían ver nunca la luz? Decidir qué fotos presentar al mundo es un problema habitual para los fotógrafos aficionados y novatos (y también para muchos profesionales).
Ahora bien, la fotografía es subjetiva y cada persona tendrá su propio sentido de lo que hace que una imagen sea buena. En mi opinión, esta subjetividad es una de las grandes ventajas de la fotografía. Siempre debes intentar fotografiar lo que te gusta y hacerlo con un estilo y una visión únicos.
Pero a veces, sobre todo si quieres ganar dinero con tus imágenes, tendrás que tener en cuenta los gustos y necesidades de los demás. Tendrás que pensar si a otras personas les gustan determinadas imágenes y determinar si tu fotografía es buena a los ojos del espectador corriente.
En este artículo, te ofrezco una serie de pautas para determinar si tu fotografía es buena o no. Si tienes en cuenta las preguntas y consejos que comparto a continuación, estarás mejor preparado para reconocer si a otras personas les gustarán tus fotos. Y también podrás ver mejor las imágenes desde una perspectiva más objetiva y realista, lo que puede ser útil a la hora de evaluar tus propias fotos.
1. ¿La foto es técnicamente buena?
Cada fotógrafo tiene un flujo de trabajo diferente, pero para la mayoría, determinar si una foto es buena empieza por comprobar si el archivo es técnicamente aceptable. Porque seamos sinceros: una foto borrosa o mal enfocada no va a entrar en tu portfolio.
Así que un buen primer paso para evaluar una foto es comprobar que es nítida, que tiene una buena gama tonal, que tiene un buen contraste entre sombras y luces y que está enfocada correctamente en la parte adecuada de la escena. Por supuesto, puede haber ocasiones en las que una foto esté ligeramente desenfocada, por ejemplo, pero sigue funcionando. Y si quieres mostrarla en tu portafolio, está bien. Pero la mayoría de las veces, una foto borrosa puede descartarse.
(Si la imagen tiene problemas tonales o de color, siempre puedes intentar corregirlos en el postprocesado. Sin embargo, a veces no podrás eliminar estos problemas técnicos y tendrás que pasar a otra foto).
2. ¿Le falta algo a la imagen?
A veces, puedes ver una de tus fotos y, aunque técnicamente es buena, te das cuenta de que le falta algo. (Esto puede ser obvio después de un vistazo, o puede tomar un poco de inspección antes de reconocer esa sensación de vacío. Así que si no estás seguro al instante, pasa un rato sentado con la imagen y a ver qué te parece).
Puede que hayas hecho un gran trabajo captando una tranquila calle adoquinada, pero que te parezca que no está bien sin una persona en la imagen. O puede que hayas fotografiado un paisaje precioso, pero a la composición le falta un punto de interés. Es el tipo de fotos que miras y piensas: «Ojalá hubiera hecho algo diferente», o «Si hubiera algo o alguien en ese lugar vacío…».
Si tienes esos pensamientos (o parecidos) sobre una de tus imágenes, probablemente le falta ese algo especial que la convertiría en una gran foto. Y probablemente no debería entrar en tu portafolio, porque aunque probablemente sea una fotografía decente, no es una buena fotografía.
3. Prueba de la parada
Cuando reviso una colección de mis imágenes, una de las cosas que más me gusta hacer es algo que llamo la «Prueba de la parada». Verás, cuando hojeas una de tus galerías de fotos -ya sea en tu smartphone, en tu ordenador o incluso en tu cámara- suele haber algunas fotos que te hacen detenerte. Puede que sólo sea una fracción de segundo más de lo habitual, pero a veces haces una breve pausa mientras hojeas el conjunto sólo para mirar esa foto.
Suele ser una buena señal de que hay algo en esa foto que te llama la atención. Y si te llama la atención a ti, puede que también lo haga a los demás. (En otras palabras, puede ser el tipo de imagen que el espectador medio considere buena).
4. No te pongas sentimental
Una cosa que es fácil hacer como fotógrafo es ponerse sentimental con una foto. Independientemente de lo desapegado que intentes ser al revisar y editar tus fotos, seguirá existiendo esa parte de ti que recuerda el esfuerzo que te costó capturar cada instantánea.
Puede que hayas pasado horas llegando a un lugar, o puede que la imagen te recuerde un encuentro memorable con alguien interesante. Ningún fotógrafo es un robot, y todos somos culpables de que nos gusten nuestras imágenes por razones sentimentales, en lugar de que nos gusten porque realmente son geniales.
Así que si no estás seguro de una imagen, intenta hacer una pausa y pregúntate: ¿Es realmente una buena foto? ¿O sólo estoy siendo sentimental?
5. ¿Es una imagen única?
En esta era de la fotografía digital, en la que todo el mundo tiene una cámara, el mayor reto suele ser capturar fotos únicas. Y esa es también una buena prueba para saber si debes incluir una foto en tu portafolio.
Puede que hayas captado una imagen que esté perfectamente bien, pero si es un tema popular desde una perspectiva convencional, quizá no merezca la pena incluirla en tu portafolio. (Al fin y al cabo, tu portafolio es tu forma de destacar, de dejar claro que puedes capturar fotos únicas y diferentes de los miles de millones de archivos que se suben a Instagram).
Por otro lado, si tu imagen es simplemente decente, pero has conseguido capturar algo único que no existe, eso puede elevarla a la grandeza.
La clave está en buscar lo que ya existe y ver si tu imagen es mejor o diferente a las demás, y luego tenerlo en cuenta a la hora de evaluar tus tomas.
6. ¿Te imaginas la foto en una revista?
Aunque no estés pensando en vender tus fotos, tratar de imaginártelas utilizadas en la vida real puede ser una buena guía para saber si son buenas.
Cuando mires tu imagen, ¿puedes imaginártela en la pared de alguien? ¿Te la imaginas en la portada de una revista o ilustrando un reportaje? ¿Te la imaginas en una valla publicitaria, un folleto o una postal?
Si puedes imaginarte tu foto en esos escenarios, probablemente sea una buena foto y debas incluirla en tu portfolio.
7. Déjate llevar por tus instintos
Hay muchas formas de criticar o evaluar una foto, pero a veces hay que dejarse llevar por el instinto.
A veces puede que tengas razón y que esa imagen de la que no estabas seguro te dé trabajo (¡o incluso acabe vendiéndose!).
Recuerda siempre que la fotografía es subjetiva. En algún momento, todos miramos una foto que hemos hecho y tenemos una buena sensación sobre ella, ¡y puede merecer la pena confiar en esa sensación!
Critica tus fotos, pero no sigas mis directrices con demasiada rigidez
Éstas son sólo algunas de las formas de evaluar si una foto es buena o no, pero espero que te sirvan de guía para evaluar tus imágenes.
No obstante, recuerda siempre que no se trata de reglas rígidas que debas seguir en todo momento. No todas las fotos se ajustan a los criterios expuestos. Pero que una foto no se ajuste a ellos no significa que sea mala. Utiliza estos puntos como guía cuando no te decidas por una imagen y, en caso de duda, déjate guiar por tu instinto.