Después de un par de años sin salir de España, decidimos visitar la capital de nuestro país vecino, Portugal. El 23 de octubre coincidían unos precios bajos en los vuelos y unas buenas previsiones de tiempo por lo que fue el día elegido. Así, emprendimos una escapada relámpago a Lisboa, la ciudad de las siete colinas, en busca de capturar su esencia en un solo día. Fue un viaje intenso y lleno de momentos fotográficos que lograron captar la magia, la historia y el sabor de la capital portuguesa.
Apenas llegamos a Lisboa, comenzamos el día subiendo hasta la puerta del castillo en taxi para realizar el recorrido a pie de bajada que nos permitirá conservar las fuerzas para el largo día. Una vez arriba comenzamos el descenso guiados por Miguel Helfrich (www.lisbonphoto.com), fotográfico de la ciudad y especialista en rutas fotográficas que nos acompañó en todo el recorrido a la vez que nos indicaba las mejores vistas y encuadres. En este recorrido pudimos fotografiar los callejones angostos, las fachadas coloridas y la vida cotidiana que nos rodeaba. Pasamos por la Catedral de Lisboa (Sé) y en el Mirador de Santa Luzia, donde disfrutamos de unas vistas espectaculares de la ciudad y del río Tajo. La luz de la mañana realzaba los colores de las fachadas y los tejados, convirtiendo cada escena en una postal.
Llegamos a la Baixa lisboeta cerca de las 14 horas dispuestos a comer en el restaurante O Bacalhoeiro que teníamos reservado. Un buen bacalao, aunque poca variedad de platos.
La tarde la pasamos en Baixa, paseando y disfrutando el ambiente de la plaza del Comercio y sus vistas al Tejo. Paseando por las calles aledañas, el elevador de Santa Justa y la plaza del Rossio. Las tima que el tiempo no nos dio para más. Nuestro avión salía a las 20:15 horas.
Cada rincón de Lisboa en este viaje relámpago nos sorprendió y encantó. Desde las calles adoquinadas hasta los miradores, desde el sabor de sus dulces hasta la simpatía de su gente, logramos capturar la belleza de Lisboa en un solo día. Nos fuimos con el corazón lleno de recuerdos y con la cámara repleta de momentos inolvidables, sabiendo que esta ciudad, tan llena de alma y color, merece siempre una nueva visita.
Y como muestra aquí dejamos algunas fotos de las que tomamos los participantes:
