A pesar de su deterioro, merece la pena un paseo cámara en mano por un cementerio cuya construcción concluyó en 1925 pero que se inauguró en 1884 como cementerio de epidemias.
Es interesante darse un paseo por este lugar, un paseo sin prisas por un trozo de la historia de Madrid.
Ramón Engelmo Terrades
Mayo 2019
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