El mundo de la fotografía despide a uno de sus más grandes exponentes: Sebastião Salgado falleció el pasado 23 de mayo en París a los 81 años, a causa de una leucemia derivada de la malaria que contrajo en 2010 durante su proyecto Génesis.
Nacido en Aimorés, Brasil, en 1944, Salgado se formó inicialmente como economista, pero su exilio en París durante la dictadura militar brasileña lo llevó a descubrir la fotografía, medio que utilizó para documentar las injusticias sociales y medioambientales del mundo
A lo largo de más de cinco décadas, Salgado recorrió más de 130 países, capturando imágenes en blanco y negro que retratan la dignidad humana en medio de la adversidad. Sus proyectos más emblemáticos incluyen Trabajadores, Éxodos, Génesis y Amazonia, este último dedicado a la preservación de la selva amazónica y sus pueblos indígenas .

Junto a su esposa, Lélia Wanick Salgado, fundó el Instituto Terra en 1998, una organización dedicada a la reforestación y conservación del bosque atlántico brasileño, logrando plantar más de 4 millones de árboles y recuperar la biodiversidad de la región.
Reconocido con múltiples galardones, como el Premio Príncipe de Asturias de las Artes en 1998 y el Premio W. Eugene Smith de Fotografía Humanitaria en 1982, Salgado fue miembro de la Academia de Bellas Artes de Francia desde 2016
Su legado perdura no solo en sus impactantes imágenes, sino también en su incansable compromiso con la justicia social y la protección del medio ambiente. Sebastião Salgado nos deja una obra que continúa apelando a la conciencia colectiva y recordándonos la profunda conexión entre la humanidad y la naturaleza.